martes, 21 de febrero de 2012

DIA DE LLUVIA

El frío espectral de esta mañana se ha concentrado contra la ventana del panorámico. Como si de pequeños seres animados se tratara, las gotitas de neblina se condensan en la superficie externa del vidrio, se juntan, se unen y forman gotas que lentamente se van escurriendo por el plano inclinado. Daltrey grita mientras su mente sale fuera, fuera de su cerebro, fuera de su cerebro en el tren. Hace mucho tiempo que la sensación térmica no penetraba tanto en la carne, infiltrando los tejidos profundos hasta el hueso. La mirada carente de esperanza se levanta hacia el cielo. Bono aconseja dejarlo atrás, debes dejarlo atrás. El dosel celeste está cubierto hasta el último milímetro cúbico por un remolino ominoso de nubes cargadas de presagios insondables. El corazón se oprime y no sabes si es por el clima o por la reciente despedida. Ella tiene un tiquete para irse, dice John, no sé porque se va tan alto. Se siente como la presión barométrica baja. El mundo sucumbe ante el embate de los elementos. Los animalitos se resguardan, la última hoja cae en una suerte de animación suspendida, mediante un efecto visual que se antoja algo antinatural. La gota vaporosa que tomó cuerpo en el estrato etéreo donde se forma la aurora se te acaba de filtrar a través del párpado. Idol te aconseja que no olvides lo joven que eres, en una noche ardiente de verano. Niegas, pues el tráfico ha colapsado. Luz roja, mañana gris, dice Bono de nuevo, y te das cuenta que has colapsado al igual que el tráfico. Hace 15 minutos no te mueves y tus pensamientos se fueron lejos con los recuerdos de la que se ha marchado. No puedes más que desearle suerte en la distancia, suspirar y resignarte a que el atasco se disuelva. Llueve en la ciudad, John ya lo sabía, cuando la lluvia llega ellos corren y esconden sus cabezas, pero todos hablan y nadie dice nada, pues hay nazis debajo de la escalera.
Nadie te dijo que iba a haber días así. Y la lluvia externa se mezcla con tu tormenta interna de tristeza.
Solo te queda esperar que el tráfico se desatasque. Y para colmo Daltrey sentencia: deseo morir antes de envejecer. Nada que hacer. Nadie te dijo que iba a haber días así, tan peculiares. Te mueves un par de metros y despiertas. Life goes on, obladi oblada. Sonríes, le deseas suerte a la distancia y te vas. Good day sunshine, termina Paul.

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