lunes, 31 de octubre de 2011

Leyendas Cortas II: aquí va la segunda parte de este cuento... Recuerden que la primera se encuentra más abajo en este blog... Y todavía falta...

El viejo y el barman

- Vaya, Jeremías, veo que ha estado entreteniendo a nuestra más reciente adquisición. No le importa que le diga así, ¿cierto mi joven forastero?
- Eso me gusta, ya decía yo que usted era de confianza, así no tenga idea de nada, ¡ja, ja, ja! Mentiras, disculpeme, ya sabe como me gusta bromear. Los estaba escuchando y ví que discutían el tema de la leyenda de Mayorga.
- Precisamente le estaba contando a nuestro amigo el extraño cambio que sufrió Mayorga (asumiendo que siempre haya sido el mismo) a principios del siglo pasado, cuando dejaron (o casi) de desaparecer mujeres, para perderse los hombres.
- Perdóname Jeremías que te interrumpa, pero yo tengo una versión diferente. Yo no creo que exista el tal vampiro.
- Si joven, así como lo oye. Todo este rollo no es más que un invento de las mentes calenturientas que habitan este barrio. Verá usted, muchas de las familias de este barrio, incluyendo la del viejo y la mía, han estado aquí desde épocas remotas, por lo menos dos siglos. Créame, la tradición oral se arraiga y conlleva su propio peso.
- Lo que dice nuestro querido anfitrión es cierto. Mi bisabuelo llegó a este barrio en 1820. Pero yo no puedo estar de acuerdo contigo, barman. Explícame pues, si no hay vampiros en la historia, como es que los Mayorga casi nunca salían de día, por qué se perdía tanta india mujer, por qué eran tan parecidos entre ellos, por qué trataron de esconderse tras la independencia y ¿por que nunca se pudieron ver sus cadáveres?
- ¡Ay, mi estimado viejo! Cómo te crées cuanta bobada se habla por aquí. A ver... Primero, la historia de los Mayorgas arranca en los 1700s así que no hay ningún registro, todo es leyenda oral, cuentos que pasan de madres supersticiosas a hijos ingenuos. Segundo, las familias españolas antiguas de la nobleza casi no se mezclaban con las clases medias y bajas, así que todos se parecían mucho. Nunca has visto mi colección de reproducciones de los retratos de los Austrias? Todos igualitos a lo largo de los siglos, monitos escurridos con ojos claros de ternero degollado, ¡todos igualiticos!
- ¿Ve? Este joven lo confirma, él ha visto los originales en El Prado. Además, salvo el retrato del primer Mayorga que tienen en el museo, no hay ningún otro retrato, NINGUNO.
- ¿Pero donde me dejas la desparición de las indias?
- ¡Viejo! ¿Cuanta gente no ha muerto en el mundo? ¿Cuantos no desaparecen, a diario, incluso hoy día, en pleno siglo XXI?
- Bueno, entonces ¿cual es tu teoría?
- Ya te digo, pero primero démosle un trago a nuestro amigo que lleva rato sin hablar.


- Ya el hombre te dijo que está feliz escuchando, responde, ¿cual es tu teoría?
- Nada, pues creo que simplemente se trataba de gente rara que no le gustaba mezclarse con la indiamenta. Finalmente hubo uno que se casó con alguna lugareña y terminaron mezclándose, así que se les perdió el rastro.
- Pero, ¿por que se perdían las indias?
- Pues seguro que les gustaba robarse una de vez en cuando para violarlas y depués esconderlas en la finca. O en el peor de los casos se les iba la mano y las mataban. Recuerda que los encomenderos en general no consideraban a los indios como seres humanos.
- Pero Mayorga ¡venía precisamente a cambiar ESO!
- ¿Y a quien le consta qué era lo que fuese lo que él pensaba? ¡Mínimo estaba quebrado y no se le ocurrió nada mejor que decir en España con tal de hacerse a con una buena encomienda!
- ¿Ves? ¡Nuestro amigo aquí está de acuerdo!
- Pero entonces, ¿por que se escondieron en la época de la Independencia?
- ¡Pero por favor! ¡Era un español que traicionó a los suyos para poner a su nombre una fortuna que era nominalmente de la Corona Española!
- Si, pero también tu joven amigo preguntó por que dejaron de perderse las indias y ¡empezaron a perderse los hombres!
- ¡Pues un hecho y otro no tienen nada que ver! En la primera mitad del siglo pasado el país era un desorden, si alguien se perdía, pues no pasaba nada. ¿Cuanta gente no murió en el mas completo anonimato? Además repito que jamás he visto el cadáver exangüe de nadie. Simplemente estos hombres vienen a buscar aventuras en lo que solo es un barrio tranquilo y viejo, casi una ciudad del siglo XIX dentro de la ciudad más grande y al no encontrar nada, se van y no vuelven.
- ¿Pero y las niñas que se pierden cada 10 años? Siempre han sido jovencitas de este barrio. Recuerda que hace 10 años desapareció una de las nietas de González, el zapatero. Era bien linda, ¿o me equivoco?
- Bueno viejo, te confieso que eso si es un misterio. De más que simplemente la niña se aburrió del papá. Ese hijo del zapatero era bien retrógrado. Te apuesto que la china se voló con el novio.
- Pues yo no lo creo. Mira que este año se debe perder otra jovencita y casi siempre es por esta época.
- Si joven, sucede exactamente a mediados de junio CADA 10 AÑOS.
- ¡Eso es pura coincidencia!
- ¿Coincidencia? Por lo que sé, ¡hasta tus hijas podrían perderse! SIEMPRE es una joven del barrio. Y por estos días la única que está en casa es tu Mariushka, ¿no?
- ¡Con Mariushka no te metas, viejo!
- ¿Que me dijo, joven?    ¿Y luego usted que tiene que ver con Mariushka? ¡Mariushka, ven aca! ¡Ah, no! ¡¡¡Espérame voy allá!!!
- ¡Que ha hecho joven! ¿En serio habló con Mariushka? No, no es grave, solo que el barman es estricto... Bah, espéreme ya vuelvo.
- No, tranquilo, simplemente tómese otro trago.
- ¿Qué me dijo?
- Claro que lo creo. Y Mariushka podría perfectamente ser la próxima desaparecida.


De nuevo Mariushka

- ¿Pero que fue lo que le dijiste a mi padre? ¡Está todo enfurruñado en el fondo de la trastienda!
- ¿Se dio cuenta que habíamos hablado? ¿Pero no te dije que en realidad se molestaba? ¡En verdad si que no entiendes nada de nada!
- Pero no, no, no pasa nada, no te preocupes. En realidad no pasa nada de nada. El solo se "molesta" un poco, pero es porque recién te conoce... Bueno y también porque yo no le dije nada antes que se enterara. ¿Sabes? Lo que pasa es que él recela porque piensa que la mayoría de los muchachos se me acercan únicamente por mi extraordinaria belleza, ¡¡¡ja, ja, ja!!!
- Tan lindo, si, ¡yo sé que te diste cuenta!
- Pero no me puedes negar que ¡el aspecto externo tambien cuenta! ¡Jajajaja!
- ¡Descarado! ¡Jejeje! - ¡Tú también, eres muy querido! ¡Ay que rico, me hiciste reir!
- ¿Dime? ¿Que cosa estaba diciendo el viejo?
- Si, claro que dentro de toda la leyenda absurda de Mayorga por supuesto que le he escuchado al viejo la versión de la joven que se pierde cada diez años...
- ¿Y que? ¡Por supuesto que no creo en nada de eso! ¡Creo la versión de mi padre! ¡Nada es más que el fruto de la calenturienta imaginación de esta gente que piensa que estamos en un pueblo aislado y no en medio de la gran Urbe cosmopolita!
- ¿Como así? ¿Te preocupa que yo pueda ser la próxima joven en desparecer? ¡Que locura dices! ¿De donde sacas eso?
- ¿Lo dice el viejo? ¡Está loco, el viejo! ¡El más que nadie debería saber que son patrañas, pues por algo le dicen el viejo!
- ¡Si, precisamente por eso! ¡Porque conoce a todo el mundo!
- Si, en serio, y de toda la vida, ya te lo he dicho... No me he querido burlar de ti...
- Mira, en realidad no creo correr ningún peligro y por si acaso, tengo a mi padre, a mi madre y a mis hermanas mayores.
- No, no las has conocido porque no todas trabajan en nuestro negocio familiar, pero si insistes en hacerte asiduo de este lugar, finalmente las conocerás.
- ¡Pero que descarado eres! ¿Como así que asiduo de mi? ¡Que te pasa! ¿Quieres que mi padre se infarte? ¡Jajaja, mentiras, claro que si, puedes volverte todo lo asiduo que quieras! Mas bien tomate otro traguito que hace rato te veo solo con el mismo whisky.
- ¿Lo dices en serio? Yo no creo que quieras volarte conmigo solo por rescatarme de un improbable rapto que sucede cada diez años. Yo lo que creo es que tu quieres otra cosa...
- No, no, discúlpame, estaba bromeando. Se que en serio te preocupas por mi, pero créeme, el viejo es un excelente narrador de historias y de seguro te ha influenciado más de la cuenta.
- ¡Ya te dije que yo no corro ningún peligro! Pero por si acaso te tendré en mente para que me rescates.
- Si, te lo prometo.
- Vale, pero por ahora relájate, tomate un traguito y sigue disfrutando de las historias del viejo.
- No, no me puedo tomar uno, pero igual brindo a tu salud. Chao, un besito, mas tarde seguimos charlando.
 

El último tiempo del viejo

- Bueno joven, tranquilícese, ya calmé a nuestro querido barman.
- ¡Ah, pero que valiente! ¿Así que no estaba preocupado? O no conoce para nada al barman, o es usted muy valeroso, o en realidad no le interesa Mariushka y simplemente se va a ir mas tarde para su casa...
- Pero no se me ofenda, solo le estaba picando la lengua. ¿No le hemos dicho ya cien veces lo peculiar de nuestro humor por estos lados?
- Bueno, en todo caso me alegra saber que le interese Mariushka. Como le digo, la conozco desde que era muy joven, pero eso no es mucha gracia, ella aún es una niña, ¡ja, ja! Y es la más consentida del barman.
- Ya se lo dije, pero le repito. Efectivamente cada 10 años se pierde una joven del barrio.
- ¿Por que ella? Verá, este es un barrio antiguo, durante la Colonia era un pueblito cercano a la Capital. No ha habido mucha inmigración y hay familias viejas, muy viejas... Y algunas familias nuevas, que recién tienen chicos pequeños. Así que muchachas de la edad de Mariushka... Pues solo Mariushka. ¿Y quién sabe si el vampiro querrá cambiar la tradición de sacrificar una lugareña cada 10 años?...
- ¡Por supuesto que el vampiro existe! ¡Todo encaja! El barman es un escéptico, ¡pero yo estoy convencido de ello!
- ¡Porque llevo toda la vida oyéndolo! Le escuché la historia a mi padre, que se la escuchó a mi abuelo, que estuvo en el matrimonio del Mayorga de turno, el que fué matrimonio público y ¡a la vista de todos! ¡Y a mi abuelo le constó que dejaron de desaparecer las mujeres, para empezar a desaparecer hombres!
- Bueno, la razón de este cambio no la sé a ciencia cierta. La leyenda habla de varias teorías. Una, es que con el correr de los siglos en el corazón de Mayorga renació el espíritu bueno que originalmente albergaba, el del noble español que quería balancear las injusticias que se cometían contra los indios. Otros han dicho que Mayorga se enamoró tanto, que transformó a su esposa en vampiresa. Pero ella aceptó este matrimonio siniestro solo con la condición que él nunca volviera a atacar a ninguna mujer. ¡Seguro no quería someterse al riesgo que él no se enamorara de otra! ¡Ja, ja, ja!
- Gracias, muy amable, se lo acepto, pero bueno, tómese otro conmigo, ya va completando otra botella y lo veo entero.
- Por supuesto, en su oficio debe estar acostumbrado a reuniones donde abunda el Whisky...
- Hombre, ya que me lo pregunta, en mi familia sí llevamos la línea de la supuesta descendencia de Mayorgas después de la Independencia. ¡Pero insisto en que yo creo que todos son uno mismo!
- Desconozco la razón por la cual evitaron los registros recientes; por eso le decía que es notable que no haya mucho escrito oficial acerca de ellos -salvo las sucesiones en las Notarías, de resto, nada de nada- Pero desde tiempos de mi tatarabuelo, la familia mía le ha seguido la huella al vampiro hasta el día de hoy.
- Si, joven, yo se quién es en teoría el Mayorga actual...
- ¡Pero claro que no se lo voy a decir! ¿Por que habría de hacerlo? ¡Recién lo conozco hoy! ¡Ja, ja,ja! ¡No se asuste! ¡Estoy bromeando! ¿En realidad desea conocer toda la verdad? ¡Ni yo la sé! - ¿En serio? ¿Y por que razón?
- Vaya, me deja sorprendido... ¿Por salvar a Mariushka?
- Pues dejeme decirle que me parece apresurado de su parte todo esto.
- ¡Mi culpa! ¿Y por que sería mi culpa?
- ¡Lo tengo convencido de mi historia! ¡Cree que Mariushka podría estar realmente en peligro! Eso lo que demuestra, joven, es que ¡soy un buen narrador de historias! Y bueno, demuestra su buen corazón...
- Por otro lado yo si estoy convencido de la existencia del vampiro. Como le digo, creo saber de quién se trata.
- ¿Que por qué no lo han acorralado y asesinado? ¡Buena pregunta! Pero yo tengo una pregunta que hacerle a usted, ¿puedo?
- ¿Por qué se interesó usted inicialmente en este tema? ¿Cómo supo de los hombres que deaparecen ocasionalmente?
- Claro, entiendo, su profesión...
- Si, me imagino que desea conocer la verdad, como me dijo hace un rato...
- Pero recuerde que ni el mismo Jesús sabía que era la Verdad... Cuando Pilato se lo preguntó, lo único que Jesús hizo fue callar... Callar y mirar hacia el piso.
- La Verdad, la Verdad... Que tanta cantidad de Mentiras se han tejido a lo largo de la historia para buscar la Verdad, ¿no cree...? Brindemos por la Verdad, ¡ja, ja, ja!
- Otra pregunta. ¿Qué estaría dispuesto a hacer con tal de saber la verdad?
- ¡¡¡No diga eso, joven!!! ¡TODO es algo muy grande e indefinible!
- Todo con tal de salvara a Mariushka... Me impresiona de nuevo... Pero volviendo al tema... ¿Joven? ¿Se encuentra usted bien? Lo veo como pálido, ¿acaso le cayo mal el whisky?
- ¡Barman, venga rápido! ¡Este joven ha perdido el conocimiento!

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